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NUESTROS LIBROS

Recalcitrantes Eds. se especializa en la edición de textos no inéditos, libros que han estado un tiempo en el mercado editorial para desaparecer después en la bruma del olvido de editores y lectores.

Nuestros libros han sido escritos por mujeres. Mujeres que han querido escribir ya sea apelando o sin apelar a su condición de mujeres. Mujeres cuyas singularidades se inscriben en un contexto que interpretan y en el que intervienen como mujeres, que desafían, se avienen, cuestionan o se parapetan en una relación constante con el mundo que no puede describirse sino como tensión creativa, bien sea en un formato de ficción o narrativa, bien sea como ensayo.

Recalcitrantes no es una editorial complaciente en la selección de títulos, pero sí aspira a que sus libros paseen sus virtudes ante el mayor número posible de ojos. Por esta razón, nos comprometemos con diseños atractivos y de fácil lectura.

Las hogueras

Las hogueras, una novela realista y coral al estilo de La Colmena, obtuvo para su autora el Premio Planeta en 1964.

En Las hogueras, Concha Alós explora los sentimientos de sus personajes sin cortapisas. Ambientada en el escenario de una ciudad pequeña y provinciana como es la Mallorca de la década de 1960, en la que colisionan arcaísmo y cosmopolitismo a través de sus protagonistas, la autora profundiza en los distintos sentimientos de algunos de ellos. Todos comparten la marca indeleble de la rutina, la soledad y una vaga pero omnipresente sensación de fracaso.

La historia se balancea entre dos personajes femeninos. Por un lado, Sibila, una exmodelo que busca el amor despertando de nuevo en los hombres el deseo que su marido le niega; abatida por el aburrimiento, sin más aliciente que la autocomplacencia, se enredará en una extraña relación sentimental con El Monegro, basada en el control físico ejercido por éste y de una carnalidad desmedida. Por otro lado, Asunción, la maestra de escuela que ha transitado de la vocación a la amargura hasta someterse a la realidad de haberse anclado en un dique vital bañado por las aguas de su fracaso. Ambas mujeres desbordan con mucho los arquetipos de la época y nos enfrentan a existencias y realidades para las que la sociedad del momento no tiene respuestas ni ofrece consuelo. Mujeres, por esta razón, cuyas decisiones y cuyas vidas representan auténticos desafíos.

LA AUTORA:

La escritora Concha Alós (Valencia, 1926-Barcelona, 2011) es una de las voces más singulares de la literatura española e, inexplicablemente, ha desaparecido de las librerías. Fue escritora de moda y la única persona que ha ganado el Premio Planeta en dos ocasiones: la primera, en 1962 con Los enanos, se anuló por un problema con Plaza & Janés; la segunda vez, en 1964 con Las hogueras. Sus obras tratan con audacia y valentía, en pleno franquismo, temas como la guerra civil española, la homosexualidad, el aborto, la prostitución… con un lenguaje crudo, demasiado explícito para la época. Sufrió los rigores de la censura y las sentencias divergentes de la crítica. El realismo de sus novelas, su acercamiento lúcido al lado más oscuro de la sociedad, a las veleidades del alma humana y a los sentimientos y contradicciones de las mujeres la convierten en una autora imprescindible cuya propia biografía es apasionante, «llena de superación pero también de dolor, con detalles dignos de una novela de Bukowski», según su amigo el poeta Biel Mesquida.

Hagiografía de Narcisa la bella

En Hagiografía de Narcisa la bella, Mireya Robles ahonda con desbordante imaginación poética en la sexualidad femenina y la condición de mujer en la Cuba de los años cuarenta. Nada más llegar al mundo, Narcisa provoca desconcierto y cierta repulsión. Su apariencia de “dragón”, su voz ronca, su disposición a someter su voluntad al bienestar de una familia insensible e indiferente a sus necesidades, hacen de Narcisa una santa; y de esta historia un relato de martirio en clave de humor.

 

Narcisa moldea el mundo con su pensamiento, a golpe de “meditaciones profundas”, “letanías” e invocaciones; a golpe de redimensionar su realidad a través de una imaginación arcana, plagada de un poderoso simbolismo que apela a los sentimientos y a la inteligencia del lector en dosis similares.

 

La veremos crecer a través de unas páginas escritas con la cadencia propia de una hagiografía, pero también de un relato susurrado o de una historia contada con urgencia, como repetida, como conocida de todos. Pero lo cierto es que Narcisa es un misterio al que ni tan siquiera escapa ella misma. Y esta novela es un regalo que cruza ahora el Atlántico para recordarnos que siempre podremos ir “al infinito a buscar respuestas”.

 

Acerca del libro que publicamos, la académica y crítica Jean Franco dijo: “Hagiografía es muy divertida y muy feminista. Robles tiene el don de la sátira y de lo cómico, algo relativamente escaso en las letras hispanoamericanas”.

 

Hagiografía de Narcisa la bella se publica ahora por primera vez en España (aunque en nuestra lengua ya había sido editado en Estados Unidos [New Hampshire, 1985] y en Cuba [La Habana, 2002]. Existe una traducción al inglés de Anna Diegel [Londres, 1996]).

LA AUTORA:

Mireya Robles nació en Guantánamo, Cuba, en 1934. Actualmente es ciudadana de los Estados Unidos, donde ha enseñado en varios colleges. También fue profesora en la Universidad de Natal en Durban, Sudáfrica, durante diez años. Ha escrito numerosos artículos de crítica literaria y ha publicado cuatro novelas, dos libros de narraciones cortas, dos poemarios, un libro de ensayos literarios, y el Diario de Sudáfrica. Como escritora, ha merecido diversos premios literarios en Estados Unidos, México, Francia, Italia y España. La crítica y traductora Anna Diegel ha dicho sobre nuestra autora: “No existe una verdadera ruptura entre las vidas de Mireya Robles en Cuba, en los Estados Unidos o en Sudáfrica. En cada uno de esos países, según dice ella misma, llevó sus raíces consigo. Las raíces de Robles no son solamente la cubanía, sino también la indeleble identidad de una mujer que siempre se sintió aislada del mundo y que, por eso, en cada lugar donde vivió, se dedicó a crear”.

Sobre el libro, la propia autora nos dice:

 

Narcisa fue creada con un gran amor y una inmensa admiración hacia el personaje. Surgió en unos meses del año 1980 en los que trabajé en la base militar de Fort Chaffee, en el estado de Arkansas entrevistando cubanos que habían llegado a Estados Unidos por el Mariel. Los que quedaban en Fort Chaffee procedían en su mayoría de cárceles cubanas donde cumplían sentencia por actos criminales. Un día, en mi oficina, empecé a escribir lo que pensé que sería una narración corta y que se prolongó hasta formar una novela: Hagiografía de Narcisa la Bella. Admiro en Narcisa la magia de su ser, la voluntad de liberarse a través de momentos en los que su cuerpo material se hace etéreo y es capaz de atravesar espacios abiertos cubriendo enormes distancias en pocos segundos, tocada por una extraña belleza ausente en la vida familiar. Es un escape que logra a un nivel cósmico, si se quiere.

 

Pero también, en el plano cotidiano, se esfuerza por escapar del ostracismo al que se vio sometida aun antes de nacer cuando su padre le hablaba a su madre: “mira, Flora, mi hija, eso que tú tienes ahí en la placenta, procura que sea una macho, porque si es hembra, no quiero ni verla; al oír esto, Narcisa se había encogido en la placenta, sintiendo por vez primera vez, un poco de terror; se pasó los ínfimos deditos índices por las ingles, más allá de las ingles, más al centro, y dolorosamente lo fue comprobando: ahí estaba la rajita minúscula que don Pascual parecía odiar en ella; día a día se dio a la tarea de comprobar, y a la hora de nacer, aún estaba ahí la rajita, tan imborrable, tan testaruda como siempre, y Narcisa pensó en su forma primera de jugarle la cabeza a su enemiga mayor: la realidad, y se armó del pañal con el cual nació para tapar la rajita”.

 

Respecto de la recepción y de las claves interpretativas de la novela en el momento de su publicación, mediada la década de los años ochenta, Mireya Robles afirma:

 

La novela tuvo muy buena aceptación a nivel de la crítica literaria y como texto en cursos universitarios. Hagiografía de Narcisa la Bella se ha leído en distintas claves.

Se ha expuesto el peso abrumador de la familia en el que los hijos nacen ya con una carga con la que se les impone que sean lo que los padres esperan de ellos, entre otras cosas, para evitar que la sociedad los señale. Y esto les siembra un sentimiento de culpa al no ser aceptados. Narcisa trató de evitar esta dolorosa circunstancia, complaciendo a cada miembro de su familia, halagándolos cuando no se lo merecían.

Manengo -el hermano- reacciona de una forma rebelde ante el afán de su padre de no solamente poseer atributos inconfundibles de hombría, sino que quiere aparecer ante la sociedad como un padre procreador de un niño macho, en toda la extensión de la palabra, un reflejo de lo que él cree que es. Pero cuando don Pascual trata de obligar a su hijo a que juegue pelota ‘para que se haga hombre’, para que ‘no sea un blando’, su hijo, vestido con un delantal de su madre, se enfrenta a la autoridad de don Pascual, desmoralizándolo: “Manengo le había abierto un huequito al delantal por el cual sacó el pipí y se lo estiró delante de don Pascual, gritándole: mira, viejo hipócrita, ¿así es como quieres que juegue a la pelota?”

 

Sobre sus intenciones al escribir esta novela, la autora asegura:

 

Se ha comentado que soy feminista, pero en ningún momento me he sentido militante del feminismo, solamente he plasmado las costumbres de la época, en las que el hombre era admirado por tener queridas o relaciones de unas cuantas horas mientras que a la mujer se le consideraba un ser despreciable si tenía el más ligero affaire fuera del matrimonio. Una mujer divorciada no merecía el respeto de la sociedad.

Se ha estudiado la obra desde el afán de aparentar de los personajes, que se creían dignos de respeto si tenían el favor del clero, si tenían riquezas o si vestían elegantemente, aunque no tuvieran qué comer. 

     

Sobre el personaje central de esta novela, Narcisa, y su imaginación alucinada y en ocasiones hilarante, Mireya Robles nos contó:

Yo creo que aun teniendo en cuenta la escena final, no es Narcisa la que desaparece, porque a pesar de la voracidad de los que tienen el poder sobre ella, nadie podrá despojarla de su esencia. Su capacidad para imaginar es tanto rebeldía como adaptación, y es también una lucha por preservar su potencial humano.

La construcción de las chimeneas es una forma de huir hacia otra dimensión, es decir, hacia una forma de liberación, pero no solamente para ella, sino que es un legado que quiere dejarle a los demás. Sí, los otros personajes también tienen su forma de escapismo a través de amantes, radionovelas, la lectura, la fantasía. Pero creo que la mayoría de los seres humanos, no importa en qué época, necesitamos eso. No es casualidad que los actores de cine ganan millones de dólares. Los productores de películas saben que vamos a llenar las salas de proyección para escapar por unas horas de esta realidad que no nos acomoda y que muchas veces, nos duele.

En cuanto al sentido del humor, no lo uso como escape. Simplemente está ahí, surge cuando menos me lo espero y me encanta porque me divierte cuando me toma por sorpresa.     

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